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Su anfitrión, Beau Smith, le dice a Wynonna Earp sobre los cómics y la cultura pop.

por Beau Smith

La otra noche volví a ver la película de Marvel, The Avengers. Estaba en la televisión mientras estaba volteando los canales, así que elegí dejarlo rodar. Lo vi por primera vez como debería mostrarse, en el centro, en la pantalla grande, en un cine de cine. Me deleité mucho en él. Era una versión moderna de cómo vi a los Vengadores cuando era niño, durante los años Stan Lee-Jack Kirby-Don Heck de la década de 1960.

Al verlo en casa, con las respuestas a la película ya presentadas para mí, podría tomarse el tiempo para pensar un poco más sobre lo que estaba viendo y escuchando.

Los Vengadores, como éramos.

Pude separar mi sentimiento y la visión que estaba tan arraigada en mi mente cuando era niño. Para los baby boomers como yo, es difícil terminar con los cómics y con la cultura pop. En los años 60 no tenía una montaña de cómics para elegir cada mes. No tenía un punto de origen en el que pudiera entrar y comprar el siguiente problema. No tenía 200 canales de televisión, Internet, un teléfono celular, una tableta o incluso un centro comercial para distraerme o involucrar mi tiempo libre. Tuve algunos cómics para leer y volver a leer durante al menos 30 días hasta que se pudiera buscar el próximo número, y contar conmigo, con la distribución de los años 60, fue una verdadera cacería.

Los Vengadores, el camino en que nos volvimos.

En un momento de mi vida como lector/coleccionista de cómics, habría estado bastante molesto por los cambios y las libertades que los estudios de Hollywood tomaron para hacer esta película. Estoy hablando de hacer una mueca hasta el punto en que el color del disfraz era diferente o el peinado. Como lector/coleccionistas, éramos así. Todavía veo y leo dónde la gente está molesta por eso de vez en cuando. No estoy de acuerdo ahora, pero lo entiendo.

He llegado a un lugar donde estoy muy contento de ver a los personajes con los que crecí en una pantalla enorme haciendo cosas, diciendo cosas, que incluso están cerca de lo que crecí leyendo. En su mayor parte, estoy agradecido y aprecio. No fue hace mucho tiempo cuando cualquier tipo de programa de televisión de superhéroes de cine era simplemente terrible debido a la tecnología o al hecho de que los estudios simplemente no se tomaron el tiempo para comprender qué personajes y el verdadero drama dentro de los cómics se trataba.

Los Vengadores, la forma en que somos.

Con la película de Avengers, o también podría agregar fácilmente Iron Man o Captain America, me dieron algo que sabía con los cambios, sino que no solo podía vivir, sino que realmente se sumó a lo que había venido antes en las páginas impresas. Primer ejemplo, Capitán América, Iron Man, Thor, incluso Hulk, todos tenían un sentido del humor humanista, algo que incluso faltaba en los cómics durante numerosas décadas. Algunos de los escritores de cómics de los años 60 y 70 solían decir en entrevistas que dentro de 18-20 páginas, realmente no había tiempo para desarrollar o dedicar humor a los personajes o las situaciones. Como escritor, puedo decirte que es un montón de vertedero de burros. Siempre hay tiempo para un sentido del humor, para la caracterización, para las emociones humanas distintas de la tristeza y la ira. No implica el humor de Slapstick. Estoy hablando del humor cotidiano que todos encontramos o lanzamos todos los días de nuestras vidas.

Esta película tenía eso. Realmente siento que el sentido del humor fue lo que realmente atrajo a todos esos lectores de no cómics a la película y lo convirtió en un éxito monstruo. Entendieron que se sintieron atraídos por eso y, muchos de todo, se relacionaban con él. Como lectores de cómics, crecimos queriendo personajes fantásticos que pudieran hacer cosas fantásticas. Lo conseguimos en espadas, pero lo que anhelamos, incluso si no lo sabíamos en ese momento, era el humor y la emoción. Seamos realistas, Marvel Comics en los años 60 eran telenovelas. Si hubieras quitado los mismos poderes y los disfraces, habrías tenido las telenovelas que mi madre y millones de otras mujeres veían todos los días. Marvel Comics consiguió que los jóvenes jóvenes lean telenovelas e historias de romance. En aquel entonces, eso habría sido visto como “femenino” para el mundo en el que vivíamos en ese momento. Era la cultura, era el momento. Los pequeños niños no compraron cómics de Wonder Woman, esos eran para niñas, o eso nos dijeron.

Como era ella. mujer Maravilla.

Todo eso ha cambiado.

A veces, no creo que Stan Lee y los otros creadores de los cómics de Marvel de los años 60 obtengan suficiente informe de crédito para cambiar la forma en que la gente lee historias de superhéroes.

Incluso cuando era niño y adolescente, sabía que Marvel Comics me estaba proporcionando algo mucho más que DC Comics en ese momento. En las películas, creo que eso es cierto hoy. En la televisión corren cuello y cuello, pero en las películas, lo mejor ahora DC tiene un poco de ponerse al día. Estoy seguro de que sucederá.

Mientras veía a los Vengadores, estaba bastante contento e interesado con las nuevas slants que me dieron. También estaba agradecido por los tributos y los huevos de Pascua dados a lo que había llegadoAntes en los cómics que había leído cuando era niño, a los personajes e historias a los que los creadores de los cómics habían dado a luz. Todo estaba allí, y más. Estoy bastante satisfecho con eso.

La forma en que debería ser spider-hombre

Con la última película del Capitán América, me emocionó ver que Spider-Man regresará y con la mejor actitud que lo convirtió en un éxito tan relatable conmigo en los años 60; El sentido del humor.

Hay mucho que deleitar para los lectores de cómics/coleccionistas/fanáticos de Baby Boomer. Es genial ahora porque tenemos otras generaciones más jóvenes con las que compartir este placer. Eso es lo que pasa con los cómics que siempre lo ha convertido en una comunidad; el intercambio. Realmente tenemos eso ahora y se extiende por años, géneros y mucho más.

Eso es bueno.

¡Aquí hay cosas mucho más buenas!

Beau Smith

El rancho de puño volador

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